JEFES TÓXICOS y LÍDERES OSCUROS

Hemos sabido que 7 de los 15 médicos que trabajan en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) Pediátrica del Hospital La Paz han pedido la baja laboral por motivos de salud, tras la reincorporación del antiguo jefe de Servicio, relevado del puesto por la Dirección del centro hace casi tres años debido a un conflicto laboral que le enfrentó con parte de su equipo. El facultativo ha sido ahora restituido en el cargo tras recurrir judicialmente y darle la razón un juzgado de primera instancia.  «Es un conflicto por un tema de comportamientos inadecuados en cuanto al trato del personal a cargo de este jefe, que fue llevado a una comisión interna para resolver el problema», explica el presidente del sindicato de médicos Amyts, Daniel Bernabéu . El instructor del expediente concluyó que las formas de ejercer la Jefatura de esa persona eran «inapropiadas» y la propuesta que elevó ante la Dirección-Gerencia del hospital fue que se la relevara de sus funciones como jefe.  «No cumplía los mínimos de generación de un clima adecuado de trabajo en una unidad de alta responsabilidad como es la UCI pediátrica en un hospital puntero en su actividad pediátrica como es La Paz, lo que hacía la situación insostenible», sostiene Bernabéu (Fuente: Redacción Médica).

Aunque sea una situación especialmente notable por las repercusiones en la atención a los niños del Hospital La Paz, no es un caso único sino mucho más común de lo que parece.

En 2022, la consultora McKinsey publicó un estudio internacional en el que señalaba que uno de cada cuatro encuestados afirmó estar expuesto a comportamientos tóxicos en el trabajo.

Hay muchos jefes que aprovechan su situación jerárquica para dar rienda suelta a sus deseos de dominancia y poder.

Un estudio de la Escuela de Negocios de la Universidad de Mánchester habla de líderes oscuros: aquellos que muestran signos de narcisismo o psicopatía (o ambos a la vez). Añadiendo una personalidad maquiavélica, tenemos los tres grandes vértices de la llamada “tríada oscura”, un concepto psicológico útil en criminología y ¡en gestión empresarial!, explican comportamientos tendentes a la autopromoción, la frialdad emocional y la agresividad. Los subordinados que los padecen tienen un 20% más de sufrir depresión. Y hay un 41% más de probabilidades de que sufran bullying en el trabajo y no sólo por parte del jefe tóxico sino de otros miembros del equipo ya que los comportamientos del jefe se contagian al resto del equipo.

Estas situaciones de acoso laboral son mucho más frecuentes de lo que pensamos. Amparadas en el deber, las normas y la costumbre, los jefes tóxicos fuerzan la realidad para cambiarla a su gusto a costa de los subordinados. Sobresalen no por mérito propio sino porque se suben encima de otras personas para hacerlo.

Personalmente he trabajado en numerosas ocasiones con personas acosadas. Lógicamente poco o nada podemos hacer con el jefe, pero sí trabajar cómo se toman lo que hace su jefe y cómo reaccionar ante sus comportamientos. Aprenden a utilizar estrategias de afrontamiento proactivo, asertividad, regulación emocional, aprenden a relativizar y pensar de forma más positivista, reflexionan sobre su propósito vital y tomando decisiones sobre su futuro.

El caso de Paola, que durante años soporta a un jefe que exprime su iniciativa y creatividad poniéndose él las medallas del mérito.

El caso de Marta que ve cómo su jefe la difama públicamente y ningunea su valía.

El caso de Alberto que soporta la presión de su jefe y parte del equipo que le aplaude y glorifica.

El caso de Mercedes que ve cómo desde el mismo día que entró su jefe le dice que no se fía de ella y tras meses de hostigamiento, ve cómo la despide la empresa.

El caso de Jorge que aguanta la presión del jefe de RRHH para que presione a los empleados de la fábrica.

Ayudar a estas personas a manejar la situación es útil, pero frustrante. En un mundo ideal no debería ser así, no, al menos habría que actuar contra ese jefe tóxico, pero como hemos visto en el caso de la Paz y en el de mis clientes, lejos de penalizar al “líder oscuro” penalizamos a la víctima.

Muy frecuentemente, esa persona acosada tiene que salir de la empresa. Ni más ni menos que lo que se viene haciendo en los colegios con los niños que sufren bullying cuando lo justo sería que saliera del colegio o la empresa el acosador. Sí, cargamos contra el acosado y doblemente. Cuando alguna de las personas con las que he trabajado ha recurrido a la dirección, lejos de entender que es un problema de la empresa en la que ese jefe está abusando de su rol, lo han considerado un problema personal del acosado que debía resolver por sus propios medios. Doblemente injusto sí.

Es difícil creer en la dirección de tu empresa cuando te deja sólo ante el hostigamiento diario y sólo para que busques una solución.

Mucho hablamos en el sector de la gestión de personas de crear un clima de bienestar, pero poco se habla de extremar el cuidado de las relaciones personales laborales para que nuestras empresas sean saludables. La realidad de los líderes oscuros nos puede afectar a cualquiera, no deberíamos quedarnos indiferentes ante ello.

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