“Freud y Schopenhauer dijeron que lo mejor que podemos hacer en la vida es no sufrir, no ser miserables. Es falso. Si simplemente existes para eliminar la miseria, no haces suficiente para tu empresa, país o para ti mismo”. Así de contundente empezó Seligman una de sus masterclass.
Si hay algo que ha puesto en boca de todos el COVID19 es que la ciencia existe y es capaz de mejorar nuestras vidas. Sin embargo, desconocemos en gran medida qué es una ciencia, cómo actúa para que sea tal y sobre qué trabaja. Pensamos que los científicos están en los laboratorios, con bata blanca y tubos de ensayo pero ese enfoque biomédico no es el único en el campo científico.
La Psicología es una ciencia que nada tiene que ver con la popular afirmación de “yo tengo mucha psicología” que te puede decir cualquier vecino.
Como cuerpo de conocimientos confirmados y en desarrollo y sometidos a una férrea ética profesional, nos ofrecen cada vez más explicaciones sobre nuestra naturaleza humana y social que nos pueden permitir aprender a mejorar la calidad de nuestra vida o no cuando no se utilizan o se utilizan indebidamente.
Se suele identificar Psicología con el tratamiento de trastornos, dificultades y enfermedades mentales. Es conocido que hablando de estrés, ansiedad, burnout, depresión, fobias, traumas, obsesiones, adiciones, etc., es al profesional de la Psicología al que hay que acudir como único profesional sanitario acreditado oficialmente para atender estos temas. Estos casos, en los que el objetivo es recuperar a una persona, reparar y mejorar su equilibrio, son los más conocidos y, es normal que se asocie Psicología con el malestar psicológico.
Sin embargo, en Psicología también se hace asesoramiento psicológico que permite a una persona resolver su día a día con más facilidad. Y, también, se trabaja para optimizar situaciones que ya son de buen funcionamiento y sobre las cuales se quiere ir a más. Imaginemos por un momento a un deportista que tiene buenos resultados pero que quiere optimizarlos y mejorar sus marcas. Ahí entra la Psicología deportiva con una larguísima tradición en trabajos y publicaciones científicas desde los años 10 del siglo XX. La Psicología de Alto Rendimiento tiene una larga tradición no sólo en contexto deportivo, sino escolar y la Psicología del Trabajo trabaja con equipos de alto rendimiento en las organizaciones. La Psicología Coaching trabaja justo en este enfoque de ir a más, de conseguir una optimización de resultados y una mayor nivel de excelencia de la persona.
Recuerdo que siendo una niña leía historias de héroes y heroínas y me preguntaba de dónde sacaban la fuerza para hacer aquellas heroicidades. Desde entonces mi interés por conocer lo que hace que las personas se sientan capaces, superen las limitaciones y adversidades, se planteen retos ambiciosos y quieran escribir su futuro me ha llevado a trabajar con Psicología Coaching y a estudiar diferentes teorías y enfoques que precisamente se centran en la fuerza de la persona y en cómo hacer que vaya a más. Sea en deporte, en ámbito escolar, en relaciones, en trabajo, en la construcción de uno mismo, la Psicología Humanista nos ofrece un marco inigualable, la Psicología del alto rendimiento, unos protocolos formidables y la Psicología Positiva unas explicaciones útiles y potentes.
¿Qué es la Psicología Positiva?
Una de las corrientes más recientes en la Psicología, es la de la Psicología Positiva. Su fundador, Martin Seligman, materializó una inquietud por conocer aquello que da fuerza y voluntad a las personas, ya presentada en los años 50 del siglo XX por la Psicología Humanista. Esto significó un cambio de enfoque en la Psicología poniendo el foco en la parte fuerte y positiva del ser humano y no en la disfunción mental.
Es curioso conocer cómo Seligman llegó a este enfoque. Él era un gran especialista en uno de los fenómenos más dolorosos de la psicología tanto humana como de los mamíferos superiores, “la indefensión aprendida”. Este fenómeno muestra la desesperanza, desolación y parálisis asociada ante una situación en la que ves que hagas lo que hagas no puedes cambiar lo que está ocurriendo. No consiste sólo en “tirar la toalla” sino en algo mucho más íntimo y con enormes consecuencias, pierdes la fuerza, incluso, para querer seguir viviendo. En un momento de su carrera Seligman se planteó que sí, que las personas nos veníamos abajo pero qué, también, nos veníamos arriba, justo la situación contraria, y se preguntó ¿qué hace que una persona afronte una situación difícil, se crezca y se venga arriba?
El desarrollo de la Psicología Positiva ofrece un marco conceptual y metodológico de sumo interés puesto que está orientada a mejorar la calidad de la vida psicológica de las personas. Es, el estudio científico del funcionamiento positivo de las personas (Seligman, 1992, p.96).
Como dice Seligman:
“La psicología no es una mera rama del sistema de salud pública, ni una simple extensión de la medicina, nuestra misión es mucho más amplia. Hemos olvidado nuestro objetivo primigenio, que es el hacer mejor la vida de todas las personas”
La Organización Mundial de la Salud (OMS) define la salud no como la ausencia de enfermedad, dificultad o discapacidad sino como “el completo estado de bienestar físico, psicológico y social”. Es este el terreno en el que la Psicología Positiva aporta enfoque, criterios y técnicas.
La Psicología Positiva como disciplina científica se centra en el estudio de las experiencias subjetivas positivas (la satisfacción, el optimismo, la tranquilidad, la inspiración, el flow, etc.), las fortalezas del carácter (curiosidad e interés, perseverancia, liderazgo, autorregulación…) y las organizaciones positivas (enfocadas en cómo, a nivel colectivo, se puede impulsar a las personas hacia la mejora). Pone el foco científico en identificar los pilares de la plenitud y realización de las personas y estudia la Felicidad, el Éxito y el Bienestar.
Por favor, no confundamos felicidad con la moda hedonista de estar feliz a todas horas y en el trabajo con una sonrisa de emoticono como si fueramos el Joker de Batman.
Como bien ha estudiado Seligman y otros colegas la felicidad tiene mucho más que ver con el sentido que le das a tu vida y el propósito que le otorgas.
“Es potenciar el funcionamiento óptimo del ser humano y tratar de descubrir y promover aquellos factores que permiten prosperar tanto a los individuos como a las sociedades” (Fredrickson y Csikszentmihalyi, 1999).
Con este abordaje, se contrarresta la visión con la que mucha gente que desconoce el alcance de la Psicología la identifica como disciplina “únicamente” reparadora de situaciones de debilidad, incapacidad o patología psicológicas y sociales.
La Psicología Positiva se centra en el bienestar de las personas. Propone una visión constructivista, enfocada a las cualidades que como especie “sapiens” nos hacen ponernos metas, superar las dificultades e ir más allá, buscando hacerlo cada vez mejor.
Trabaja con aquello que nos hace fuertes y ha identificado varios conceptos que se hacen ya imprescindibles en la psicología: fortalezas, virtudes, bienestar y estados de Flow.
Estos conceptos nos van a ayudar a comprender de dónde sacamos la fuerza, el empoderamiento y la valentía para vivir cada día.
Las fortalezas se organizan en torno a las virtudes.
Puede conocer tus fortalezas en la página de la Universidad de Pensilvania http://www.authentichappiness.sas.upenn.edu/Default.aspx
- Seligman, Martin E. P. (2005). La auténtica felicidad. Ediciones B.
- Seligman, M. & Csikszentmihalyi, M. (2000). Positive Psychology: An introduction. American Psychologist, 55 (1), 5-14. [ Links ]